miércoles, diciembre 1

LA PREVIA A LA PSU


Para bajar los niveles de ansiedad hay algunos consejos prácticos y técnicas de relajación. Pero lo importante es saber que nadie se juega el futuro en una sola prueba, dicen los expertos.
PAMELA CARRASCO T.
Inspira... ¡expira! Virginia Seyler, jefa del departamento de orientación del preuniversitario Pedro de Valdivia, enseña una técnica de relajación que puede servir en casos de emergencia, tanto antes de la PSU como en el momento de rendirla. En primer lugar, deja sueltos los brazos y los hombros, sin hacer fuerza, y mueve la cabeza lentamente de derecha a izquierda, sin forzar los músculos.

"Esto liberará la tensión del cuello y de los hombros, y comenzarás a sentirte un poco más tranquilo y relajado. Luego inspira profundamente por la nariz. Mantén el aire dentro de tus pulmones durante unos cinco segundos. Ahora, lentamente expulsa el aire por la boca. Repite los pasos anteriores varias veces, hasta notar que tu nivel de tensión disminuye".
Equilibrio. Aunque ya se haya salido del colegio, durante estas semanas previas a la PSU es importante tener una rutina y horarios de estudio establecidos, junto con tiempos de descanso y recreación.

CONSEJOS
Comer equilibrado. Evitar grasas y frituras.

Hacer ejercicios de mediana intensidad para liberar tensiones.

Hacer vida social, pero moderar el carrete excesivo y el consumo de alcohol.

No exponerse a resfríos o posibles enfermedades.

Respirar profundo cuando se sienta mucha angustia.

Eliminar pensamientos negativos. En esos casos, desviar la atención hacia otras cosas.

Tener siempre un plan B, en caso de que no te vaya como quieres.

Dormir entre 8 y 9 horas diarias.

Conversar con los papás o un adulto cercano.

Repasar las materias, pero no volverse loco estudiando. Parar de estudiar dos días antes y evitar compararse con los amigos.

Leer más: El Mercurio: Domingo 21 de Noviembre de 2010
http://diario.elmercurio.cl/detalle/index.asp?id={ec65884e-0098-484c-93a8-24c2e46a4429}

Los 10 errores más comunes que terminan saboteando las dietas


Saltarse las comidas; evitar las proteínas y abusar con el aceite de oliva, entre otras técnicas populares, no ayudan a bajar de peso, e incluso pueden volver más difícil la tarea de perder los kilos de más.

AMALIA TORRES
1 Mucha fruta. Reemplazar una comida por una ensalada de frutas es mala idea, ya que ésta puede tener más de 300 calorías. "Es mejor optar por una ensalada de verduras"
2 Saltarse las comidas. Muchas personas se saltan una comida, como el almuerzo, para darse permiso de comer. El problema es que pasar mucho tiempo sin alimentarse hace sentir "un hambre descontrolada"
3 Exagerar con los productos light. No porque sea "light" significa que se pueda comer sin límites.
4 Extra aceite de oliva. Una sola cucharadita de aceite de oliva contiene 45 calorías. Por ello, si a su ensalada le agrega tres, está consumiendo 135 calorías sólo en el aliño.
5 Sumar y no reemplazar. Comer más verduras y frutas es básico al hacer una dieta. Pero ello implica reemplazar con estos alimentos el alto consumo de arroz o pan.
6 Permiso de fin de semana: Todas las calorías ahorradas de lunes a viernes pueden recuperarse si se tiene un fin de semana muy permisivo.
7 Dietas express: Es cierto que puede bajar de peso siguiendo una dieta express. Sin embargo, dicen los expertos, lo que se baja con estas dietas es sólo en agua, no en grasa.
8 Confundir saludable con bajo en calorías. "Los alimentos saludables no siempre son bajos en calorías"
9 La excusa del ejercicio. Pensar que puede tener pocas energías o incluso desmayarse si no come de manera abundante antes de hacer deporte es falso.
10 No comer proteínas. "Si no come proteínas y opta por una dieta basada sólo en verduras, le costará más bajar de peso y, además, tendrá más apetito".

Leer más:
http://diario.elmercurio.com/2010/11/21/ciencia_y_tecnologia/ciencia_y_tecnologia/noticias/733C19A2-794F-4A35-9984-F47016A14527.htm?id={733C19A2-794F-4A35-9984-F47016A14527}

lunes, noviembre 29

El río serio


Había una vez un río serio y solitario. No recordaba cuándo, sin duda hacía mucho tiempo, había decidido que no quería aguantar nada ni nadie, y echó de sus aguas a peces, plantas y cualquier otro animal que encontró. Y su vida pasó triste y solitaria durante muchos siglos.
Un día, una niña llegó a la orilla de aquel río con una pequeña pecera circular. Dentro estaba Escamas, su pececito más querido, a quien había decidido dejar en libertad porque no podía acompañarle en su viaje a otro país. Cuando Escamas cayó al agua, sintió inmediatamente la soledad de aquel río. Escamas trató de hablar con el río, pero éste, muy serio, sólo le invitó a marcharse. Escamas era un pez muy alegre, y no quiso darse por vencido. Preguntó y preguntó, y nadó y nadó, y finalmente comenzó a dar saltitos por el río...
El río, con los saltitos, comenzó a reír, pues le hacían muchas cosquillas, y en poco tiempo se sintió de tan buen humor que comenzó a hablar con Escamas. Casi sin darse cuenta, antes del primer día se habían hecho muy amigos, y el río se pasó toda aquella noche pensando lo divertido que era tener amigos y lo mucho que los había echado de menos. Se preguntaba por qué nunca los tenía, pero no podía recordarlo. A la mañana siguiente, Escamas despertó al río con unos saltitos muy juguetones... y entonces el río recordó por qué había decidido ser un río tan serio: ¡tenía muchísimas cosquillas y no podía soportarlas! Ahora recordaba perfectamente cómo había echado a todo el mundo el día que decidió que ya no iba a aguantar las cosquillas ni un día más. Pero al recordar lo triste y sólo que se había sentido durante años, se dio cuenta de que aunque tuviera sus pequeños inconvenientes, siempre era mejor tener amigos y tratar de estar alegre.
Autor.. Pedro Pablo Sacristán